(ESP) Para todo mal Mezcal, para todo bien también


¿Si te pidieran nombrar una bebida alcohólica mexicana cuál dirías? Seguramente sería tequila, ¿no?. Si bien este es probablemente el más conocido alrededor del mundo como mexicano, hay otro destilado que es bastante parecido aunque menos popular llamado mezcal.

Estas 2 bebidas tienen varias características que las diferencian. Algunas de ellas son las plantas de las que provienen y sus procesos de destilación. Por una parte, el tequila solo se puede producir con agave azul y cocerse en hornos de vapor, mientras que el mezcal puede producirse con hasta 20 diferentes tipos de maguey y se cuece en hornos de madera o piedra, de ahí que su sabor tenga la característica de ser un poco ahumado.

El mezcal data desde los primeros pobladores de lo que hoy es México, por ahí de los años 1000 a 1500 a.C. Estos antiguos pueblos ya usaban la planta del maguey para diversas actividades como construcción de viviendas, propiedades medicinales y para producir destilados entre otras.

Gracias a que este destilado existe desde hace tantos años, también tiene en sus raíces una tradición familiar. Esta surge a partir de que los elaboradores de mezcal, mejor conocidos como maestros mezcaleros, taberneros o vinateros, pasan este título a sus hijos y nietos. Estas nuevas generaciones, aprenden a elaborar mezcales en palenques familiares desde su infancia como forma de apoyar económicamente a sus familias. Como resultado de esta tradición  y a sus conocimientos únicos en la elaboración, es que se mantiene la riqueza cultural de esta bebida.

Otra característica que lo hace único, es que al igual que el tequila tiene una Denominación de Origen de los estados de Durango, Guerrero, Guanajuato, Michoacán, Puebla, San Luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas, aunque el 90% de la producción total se da en el estado de Oaxaca.

Cuando pruebes esta bebida puede ser que te parezca un poco fuerte, pues para poder ser considerada Mezcal debe tener una graduación alcohólica de entre 35% a 55%. De ahí nace este dicho de Para todo mal mezcal, para todo bien también, ya que después de unos cuantos mezcalitos se te olvida cualquier pesar, y al mismo tiempo es tan rico que en todo momento feliz, también se disfruta.


¿Cómo se toma el Mezcal?

 

Si no sabes cómo degustar esta bebida te dejo unas ideas de como hacerlo:

En México decimos que el mezcal no se toma a tragos, sino a "besos", para irle agarrando cariño. En otras palabras, hay que ir tomando poco a poquito del vaso, con pequeños tragos, para poder disfrutar de su sabor. Para hacer esto la forma más tradicional, es “derecho” en un vaso tequilero o shot, con rebanadas de naranja y sal de gusano.

Si no te funciona lo de los besos y te sigue pareciendo muy fuerte, también puedes mezclar un poco de mezcal con agua de jamaica y te queda un cóctel más suave pero aun con el sabor único del mezcal.



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